Las pestañas grandes, rizadas y abundantes hacen que los ojos se vean más grandes y resalten la mirada. Hoy en día podemos presumir de unos ojazos con el uso de pestañas postizas permanentes, sin embargo, el uso prolongado y la mala higiene por su uso puede acarrear terribles consecuencias para nuestros ojos.
A diario, es común que a la consulta lleguen pacientes con problemas relacionados con sus pestañas postizas. Algunos de los motivos más frecuentes de las usuarias de pestañas postizas para acudir a consulta son:
Dolor en los párpados
Hinchazón de párpados
Ojos rojos
Ardor
Sensación de basura
Lagrimeo
Las pacientes suelen presentar escamas en la raíz de las pestañas y edema (inflamación) de los párpados, esta inflamación se conoce como blefaritis y generalmente está ocasionada por la mala higiene de los párpados y pestañas. La falta de tratamiento puede provocar la pérdida temporal o permanente de nuestras pestañas naturales.
Una pestaña parcialmente desprendida que se encuentra rozando la superficie ocular puede ocasionar patologías como conjuntivitis o queratitis, que si no son debidamente tratadas a tiempo pueden progresar a abscesos corneales y complicaciones visuales.
Si decides usarlas, comprueba que el establecimiento cumpla con las debidas normas de higiene, que se utilicen pegamentos hipoalergénicos y aunque queramos lucir unas pestañas espectaculares procura no saturar tus párpados con ellas.
Para su mantenimiento mantén siempre limpios tus párpados y pestañas con agua y jabón neutro.
Si presentas alguna reacción por el uso de las pestañas postizas consulta a tu oftalmólogo.
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